El Documento de la Conferencia Episcopal Española “Cristianos Laicos, Iglesia en el Mundo”, dedica el Capítulo IV a las Asociaciones, Comunidades, Grupos y Movimientos en la misión evangelizadora.

Una “Asociación Apostólica” tiene unos fines y actividades concretos y para servir a la misma crea obras asistenciales, culturales y religiosas, donde sus miembros están al servicio de los planes y del mantenimiento de esas obras, estando jerárquicamente organizada, siendo sus dirigentes los que estudian y planifican las actividades a desarrollar.

Un “Movimiento Apostólico” tiene como fin primordial la formación de cristianos laicos con una vivencia cristiana y eclesial profunda, capaces de insertarse en las realidades temporales y ser partícipes en la vida de la Iglesia. (C.D.C. 327, 329 y CLIM 92).

El Movimiento no tienes obras ni actividades propias. La acción corresponde libremente a sus miembros, bien individualmente o en pequeños grupos, que deben estar encarnados en su ambiente, en contacto constante, vivo y activo con el mismo, para ser luz, sal y levadura de vida cristiana.

La calidad y frutos del Movimiento no están tanto en sus estructuras y dirigentes, sino en la calidad y entusiasmo de sus miembros, siendo la misión de los responsables el estar a su servicio para animarles y orientarles en su formación, a fin de despertar en ellos el sentido de iniciativa, responsabilidad y espíritu de evangelización.

Vida Ascendente no es una Asociación con ánimo de lucro, sino es una Asociación para la atención existencial, cultural, social o religiosa, sino que es un Movimiento de Jubilados y Mayores en el que éstos, profundizando su fe y espiritualidad, se preparan para actuar, bajo su responsabilidad personal, en todos los campos de ambientes sociales y de la Iglesia.